Como casi todos los años vuelta a un clásico de fin de verano, la carrera nocturna del Guadalquivir. Es la carrera en la que he participado en más ediciones, 15 veces con la de este año. Con los problemas de masificación de siempre, pero la otra cara de esa masificación es el gustazo de correr en una auténtica fiesta, de gente que sólo pretende terminarla, y poder hacerlo junto con familiares y amigos que habitualmente no corren o no participan en las carreras. Y si todo esto va aderezado con ese tremendo speaker que es Juan Garrido, el resultado es espectacular.
Este año, como el pasado, de nuevo acompañado por mis dos hijos. La nueva salida por cajones, nos había puesto a cada uno en uno distinto. Javi en el cajón 2, yo en el 3, y Jose en el 4. Javi se fue por su cuenta porque quería correr rápido. Yo me pasé al cajón 4 para hacer la carrera acompañando a Jose, para intentar hacer sobre una hora de tiempo, en su segunda participación en la carrera.
Después de la presentación de Curro, la mascota de la Expo en su 25 aniversario y la animación de Juan Garrido, la espera no se hizo nada pesada. Estábamos situados hacia mitad más o menos de la masa de gente, pero no había agobios de ningún tipo.
Se da la salida a la carrera, y al pasar por el arco de salida, saludo a Juan Garrido. Empezamos la carrera con un trote muy lento, pero como siempre ocurre, al llegar al puente de los Remedios, un pequeño parón. Avanzamos por el Paseo de Las Delicias con parones intermitentes, al menos hasta pasar la plaza de toros. A pesar de que la temperatura era alta, de vez en cuando, al abrirse un poco la gente, se notaba cierta brisa que refrescaba, aunque en general, hacía bastante calor.
Aún así se nos hizo corto llegar al paso subterráneo de Arjona. En esta ocasión Jose prefirió no bajar por el paso sino hacerlo por arriba, que se podía. Vimos ese paso de un modo diferente, y sobre todo pudimos correr un poco más rápidos y con más fresco que los que iban por debajo. Luego al llegar a la calle Torneo, nos intentamos poner lo más a la izquierda posible, que era por donde mejor se podía correr.
Yo tuve que hacerlo por un rato bastante rápido, porque me tuve que parar a una parada técnica y me costó pillar a Jose, antes de llegar al puente de la Barqueta. Todos los kilómetros bastante más lentos de 7' hasta entonces, pero a partir del 4 la cosa cambia, y ya llevamos un ritmo algo más elevado. Cerca de la Macarena también se hace complicado avanzar, y sobre todo al llegar al avituallamiento, que se monta un auténtico caos.
A partir de ahí vamos avanzando lento pero seguro. Jose, todo el rato muy bien, se le veía mucho mejor que el año pasado, manteniendo el ritmo y sabiendo sufrir para conseguirlo, aunque poco a poco el cansancio fuera aumentando. Muy orgulloso porque se ve que cuando quiere conseguir algo lucha todo lo que puede.
Por la ronda histórica vamos muy bien, chocando palmas con los niños que hay por el público, aunque ya cerca del Prado a Jose le da un poco de dolor de flato, seguramente por querer beber de la botella más rápido de la cuenta. Ralentizamos un poco y hasta andamos un pequeño tramo para recuperar. Parece que sí lo consigue y ya los últimos casi 2 kilómetros los hacemos todo seguidos a un ritmo en torno a 6'30, bastante bien. Incluso apretamos un poco más al final.
Llegando a meta el ya clásico saludo a Juan Garrido, y al cruzar la meta mucha alegría porque gracias al buen ritmo en la segunda mitad de la carrera, hemos conseguido hacer menos de una hora. 58'35 en total, unos 7 minutos menos que el año pasado.
Luego, como llevaba las medallas (que habían repartido al entregar los dorsales) las saqué para ponerle a Jose la suya, tan bien ganada, y yo la mía. La de Javi la guardamos para más tarde, cuando le vimos después de la carrera. A él también le salió bastante bien. Bueno, mucho mejor, un tiempo de unos 39'.
Y ahora esperar a vivir un día de ésta misma manera el año que viene, o quizás mucho antes, que nunca se sabe.
Este año, como el pasado, de nuevo acompañado por mis dos hijos. La nueva salida por cajones, nos había puesto a cada uno en uno distinto. Javi en el cajón 2, yo en el 3, y Jose en el 4. Javi se fue por su cuenta porque quería correr rápido. Yo me pasé al cajón 4 para hacer la carrera acompañando a Jose, para intentar hacer sobre una hora de tiempo, en su segunda participación en la carrera.
Después de la presentación de Curro, la mascota de la Expo en su 25 aniversario y la animación de Juan Garrido, la espera no se hizo nada pesada. Estábamos situados hacia mitad más o menos de la masa de gente, pero no había agobios de ningún tipo.
Se da la salida a la carrera, y al pasar por el arco de salida, saludo a Juan Garrido. Empezamos la carrera con un trote muy lento, pero como siempre ocurre, al llegar al puente de los Remedios, un pequeño parón. Avanzamos por el Paseo de Las Delicias con parones intermitentes, al menos hasta pasar la plaza de toros. A pesar de que la temperatura era alta, de vez en cuando, al abrirse un poco la gente, se notaba cierta brisa que refrescaba, aunque en general, hacía bastante calor.
Aún así se nos hizo corto llegar al paso subterráneo de Arjona. En esta ocasión Jose prefirió no bajar por el paso sino hacerlo por arriba, que se podía. Vimos ese paso de un modo diferente, y sobre todo pudimos correr un poco más rápidos y con más fresco que los que iban por debajo. Luego al llegar a la calle Torneo, nos intentamos poner lo más a la izquierda posible, que era por donde mejor se podía correr.
Yo tuve que hacerlo por un rato bastante rápido, porque me tuve que parar a una parada técnica y me costó pillar a Jose, antes de llegar al puente de la Barqueta. Todos los kilómetros bastante más lentos de 7' hasta entonces, pero a partir del 4 la cosa cambia, y ya llevamos un ritmo algo más elevado. Cerca de la Macarena también se hace complicado avanzar, y sobre todo al llegar al avituallamiento, que se monta un auténtico caos.
A partir de ahí vamos avanzando lento pero seguro. Jose, todo el rato muy bien, se le veía mucho mejor que el año pasado, manteniendo el ritmo y sabiendo sufrir para conseguirlo, aunque poco a poco el cansancio fuera aumentando. Muy orgulloso porque se ve que cuando quiere conseguir algo lucha todo lo que puede.
Por la ronda histórica vamos muy bien, chocando palmas con los niños que hay por el público, aunque ya cerca del Prado a Jose le da un poco de dolor de flato, seguramente por querer beber de la botella más rápido de la cuenta. Ralentizamos un poco y hasta andamos un pequeño tramo para recuperar. Parece que sí lo consigue y ya los últimos casi 2 kilómetros los hacemos todo seguidos a un ritmo en torno a 6'30, bastante bien. Incluso apretamos un poco más al final.
Llegando a meta el ya clásico saludo a Juan Garrido, y al cruzar la meta mucha alegría porque gracias al buen ritmo en la segunda mitad de la carrera, hemos conseguido hacer menos de una hora. 58'35 en total, unos 7 minutos menos que el año pasado.
Luego, como llevaba las medallas (que habían repartido al entregar los dorsales) las saqué para ponerle a Jose la suya, tan bien ganada, y yo la mía. La de Javi la guardamos para más tarde, cuando le vimos después de la carrera. A él también le salió bastante bien. Bueno, mucho mejor, un tiempo de unos 39'.
Y ahora esperar a vivir un día de ésta misma manera el año que viene, o quizás mucho antes, que nunca se sabe.
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