viernes, 4 de diciembre de 2015

1ª Maratón de la Sierra Norte (MSN)

Después de muchos días pensando si apuntarme al Ultra (UTSN), al Maratón de montaña (MSN), o no apuntarme a nada, el pasado sábado me dirigí a Castilblanco de los Arroyos para participar en la MSN. No iba con demasiados nervios. Ninguna presión, tan sólo disfrutar del entorno. Participar en la UTSN me hubiese tenido muchísimo más preocupado. Las únicas preocupaciones que tenía eran cómo me iría en las dos bajadas más pronunciadas del recorrido (soy un cagón cuando se trata de bajar un desnivel apreciable por un "camino" fuera de pista), y por otro lado decidir qué zapatillas de trail llevar. En esta ocasión el terreno no dejaba dudas a que con las zapatillas de asfalto no podía ir. La duda entre las Asics Trail Lahar (habituales molestia en dedos del pie y roce en el juanete del pie izquierdo) o las nuevas Salomon XT Taurus (cómodas, pero que me estaban cargando los gemelos).
Finalmente decidí llevar las nuevas Salomon, mejor tener pie cómodo, y mitigar algo la carga de los gemelos con las medias de compresión.
En cuanto a las bajadas, y las subidas por cortafuegos, que en esta carrera hay para dar y regalar, la confianza que me dan los bastones.

La prueba sale el sábado a las 3 de la tarde de Almadén, pero hay que dirigirse a Castilblanco de los Arroyos, lugar de la meta, donde se recogen los dorsales y la organización pone un autobús para ir a la salida. Anuncian que habrá un autobús a las 12 y otro a las 13:30. Prefiero ir pronto a pillar el de las 12, y estar tranquilo esperando en la salida mientras como algo antes de la carrera.
Así que sobre las 11 salgo de casa,  antes de las 12 estoy en Castilblanco, donde me sorprende el ambiente festivo que hay en el lugar de la meta. Recojo el dorsal, muy chulo, de tela. Y la bolsa del corredor con varios regalos, entre ellos un bonito buff conmemorativo de la prueba, que decido llevarme puesto, así como una bonita camiseta, gel, bebida energética, etc. Dejo en el coche lo que me sobra y ya directamente me monto en el autobús. Muy poca gente al principio, pero luego se fue llenando. Cuando quedaba poquísimo para salir, me doy cuenta que no tenía los bastones! Me los había dejado en el coche. De repente me suben los nervios, si tenía claro que en una carrera iba a necesitar bastones, eso era en ésta. Pienso si salir del autobús a buscarlos, pero no da tiempo. Miro a mi alrededor y no veo prácticamente a nadie con bastones. Así que nada, que al final decido que haré la carrera sin bastones, aunque me suponga una complicación, y ya está.

Durante el viaje a Almadén, voy viendo el camino de los últimos 15-17 kms, que es la parte del recorrido que no conozco, pero que me parece más fácil. Algún tobogán y bastantes sitios donde no se aprecia ningún sendero, pero que no le di la más mínima importancia.

Llegamos a Almadén a la misma plaza donde estuve con Segundo y Leandro tomando unas cervezas el día que fuimos a entrenar. Ellos se encuentran haciendo el Ultra, los llamé para tener noticias de ellos y ya se encontraban bien alrededor del km 30 de su recorrido. Luego ya fue imposible contactar más veces.
Tomo posiciones en un banco de la plaza y empiezo por comerme una ensalada de pasta del mercadona, y un bocadillo de salchichón. Queda aún bastante más de una hora para el comienzo y aún no hay muchos corredores por alrededor. Pero veo que en el bar se encuentra Rafael Panduro, me acerco a saludarle y me dice que se ha retirado del Ultra por problemas en un gemelo. Charlamos un poco, pero me retiro unos instantes a prepararme los pies. Me unto la crema para que no tenga rozaduras, el Proskin. Junto con el Omnifix es lo que espero que me evite la aparición de ampollas. Luego me coloco las polainas y cuando ya tengo todo preparado, me voy a hacer otro poco de rato junto a Rafael y otros dos colegas suyos que participan en el Maratón.
De repente se ve que llega el ultimo autobús que trae corredores desde Castilblanco y se llena la plaza de participantes. Entre ellos saludo a Javier Rodríguez. También a Nando y a Chari, que vienen como voluntarios a recorrer como corredores escoba los últimos kilómetros de la prueba.

Antes de la salida
Voy hacia el edificio Naturama, que es donde se dejan las mochilas que luego se recogerán en meta. La impresión allí es fantástica en cuanto a la organización. Todas las mochilas muy bien cerradas en bolsas y organizadas. Paso por la zona del avituallamiento que tienen preparada para los de la Ultra. En este lugar será su comida fuerte en el km 63 de recorrido. Todo tiene muy buena pinta, mucha gente trabajando para colocar todo en su lugar, porque en breve se espera que pueda llegar el participante en primera posición. De todo lo que hay lo que más me llama la atención es la gran cantidad de tortilla de patatas. Después de usar los baños, salgo de nuevo hacia la plaza. Allí me encuentro con Fernando Salas Lluch, a quien al principio no conozco por no llevar barba. Espero que me perdone por no haberle conocido. También tuve la oportunidad de saludar a Diego Dominguez. Tanto él como Fran Delgado se han desvivido por la prueba, desde ya hacía muchos días antes de la carrera. Fran estuvo atendiendo mis preguntas con mucha amabilidad. Así hacen que a la gente le entren ganas de participar en esta prueba.

En la salida, liado con mis cosas
Sin tiempo para mucho más. Desde megafonía nos llaman para colocarnos en la parte alta de la plaza, detrás del arco de salida. Y nos advierten que la salida será neutralizada hasta llegar al asfalto. Se produce la cuenta atrás y allí todo el mundo sale como un rayo sin esperar neutralización ni nada de nada. Recibimos los ánimos de los que se encuentran por el pueblo y callejeamos para inmediatamente comenzar la subida hasta lo que será el punto más alto de la carrera, el Cerro del Calvario. Al inicio de la subida empiezo a andar, y ya voy ocupando los últimos lugares de la carrera. A los dos amigos de Rafael Panduro los veo cerca, pero creo que irán bastante más rápido que yo así que no intento siquiera seguirles. Como creo que haré toda la carrera sólo, voy preparándome los auriculares para ir disfrutando de la música, y mientras tanto sigo perdiendo posiciones. Tanto que ya sólo quedan detrás mía Isabel “La Veterana”, increíble lo de esta mujer. Y otra pareja, que luego los identificaré como los “Marchadores de Valverde”.

Terminando de subir al Cerro del Calvario
Me pongo por fin manos a la obra, y voy empezando a calentarme y a tener mejores sensaciones. En algún descansillo de la subida troto y eso me permite recuperar y adelantar gente. Llego al mirador, donde se encuentra el camino de Santiago, pero no se baja aún sino que se gira a derecha para continuar la subida por un cortafuegos. Nuevos pequeños descansillos donde aprieto la marcha me hacen ir adelantando más, y a la vez que disfruto de unas estupendas vistas. Finalmente llego hasta el vértice geodésico y continuo trotando. La primera parte de la bajada es muy suave y fácil. Justo en ese momento, sobre el km 2 de carrera, me parece conocer a alguien al que doy alcance. Resulta que es Jose Antonio Rico, el alma máter de la web +Sevilla Corre . 

Encuentro con Jose Antonio Rico
Nos saludamos y continuamos trotando unos instantes juntos, pero enseguida llegamos a la primera bajada fuerte del recorrido. Giramos a izquierda, y como el día que estuve entrenando. Camino con un desnivel brutal, intento no mirar mucho para abajo para que no me dé vértigo. Camino como para llamarle algo, ya que es todo recto hacia abajo. Mas estrecho de lo que es un cortafuegos, con muchísimas piedras sueltas y con pocos lugares para poner los pies de manera firme. Intento acercarme a un lateral y ayudarme un poco con los matorrales que hay. Pero algunos pinchan, otros se rompen. Avanzo a un ritmo ridículo. Hecho de menos y me doy cuenta de la seguridad que pueden dar los bastones. Con ellos hubiese tenido puntos en los que sostenerme, para bajar más seguro.
Casi todos los participantes  a los que había adelantado me vuelven a pasar. Pero me doy cuenta que la “pericia” de Jose Antonio bajando esa brutal pendiente rivaliza con la mía. Así que desde ese momento veo que puede ser un buen acompañante para la carrera. En una prueba de este tipo es primordial ir acompañado, por encima de otro tipo de cosas, así que me convenzo de intentar seguirle cuando vaya algo más rápido, o de esperarle si va algo más lento.

En la parte más fácil de la más complicada bajada

Una vez terminada la cuesta, ver que todo está en su sitio (la tensión de los pies es tan grande que tengo que colocarme y acomodarme de nuevo el pie en los zapatos). Para los de la Ultra que lleguen aquí con los pies ya perjudicados, tuvo que ser un verdadero suplicio.
El siguiente tramo de recorrido, que principalmente continúa en bajada, lo hacemos al trote y a un trote bastante vivo, pasando por unos parajes muy bonitos con bastante arboleda, cuya sombra se agradece. La temperatura del día era buena. Fresquito, pero al estar mucho tiempo al sol se podía llegar a notar algo de calor. En principio nos acompañan otras dos parejas que la bajada habían hecho con nosotros. Pero luego se quedan atrás y avanzamos por un tramo donde llegaremos a la verja de entrada al Berrocal, y por donde nos cruzamos con los primeros participantes del Ultra, que se dirigen camino de Almadén. Intercambios de ánimos y me saluda un corredor que luego al final en la llegada ya identifiqué como Andrés LG, pero que en ese momento no reconocí. Encantado de conocerte y menudo máquina que estás hecho.
Todo este tramo lo hacemos Jose Antonio y yo a un buen ritmo, y de charla todo el rato. Al llegar a la cancela, hay una chica de la organización indicando el camino de los cortafuegos. La verdad que creo que, aparte de los avituallamientos, era el único sitio donde vimos a alguien de la organización.
La vista de los cortafuegos de lejos impresiona bastante, pero desde cerca muchísimo más. Tenemos por delante unos 3 kilómetros en línea recta, pero subiendo y bajando continuamente. Y algunos de los cortafuegos con un desnivel fuera de lo normal. El no llevar los bastones de nuevo se hace un duro hándicap. Todo el esfuerzo lo hacen las piernas y eso poco a poco se va pagando.



Al terminar de subir y bajar cada tramo una nueva sorpresa, y cada vez la nueva subida que tenemos por delante nos parece más dura y la bajada más empinada. Se ven por delante algunos puntitos minúsculos de corredores subiendo y por detrás, la pareja de Marchadores de Valverde cada vez la tenemos más cerca hasta que nos dan caza.
Nos sorprende que hace mucho que salimos, más de una hora, y que aún no nos hayan adelantado los primeros del Ultra. Pero unos instantes después, poco antes del km 8 aparecen los dos primeros clasificados. Se encuentran separados por pocos metros. Unos instantes después nos asombramos de que viene una bici, bastante apurada y con una dificultad enorme para subir las cuestas. El marchador de Valverde tiene que incluso empujarle para que pueda avanzar, y en algunos instantes sencillamente se baja de la bici. De repente caigo que es la bici que abre carrera, que se le ha escapado la cabeza y no les puede dar caza. Las cuestas son demasiado duras, incluso más para la bici. Menudo mal trago que estaría pasando el voluntario. La verdad es que la situación era bastante surrealista.
Después de mucho tiempo ya se empieza a vislumbrar el fin del terreno del cortafuegos. Terreno durísimo pero que se ha llegado a disfrutar.Además las vistas a uno y otro lado eran espectaculares.

Cabeza de carrera del Ultra

Ayudando a la bici abre-carrera
Poco después tomamos un sendero a la izquierda, que se encuentra bien señalizado y comenzamos a trotar, despegándonos de los que nos acompañaban hasta llegar a un terreno bastante más fácil, donde se puede trotar bastante, por una pista en buen estado. Me gusta bastante más este tipo de terreno que el anterior. Llegamos a un paraje muy bonito, donde se cruza un arroyo y hay unos álamos en la cola de un pequeño lago, justo el que se puede ver desde arriba de los cortafuegos. Por aquí se encuentra bien marcado el recorrido para que se siga por la pista y no tirar a la derecha a la orilla del arroyo, que es por donde marca el track de la prueba. Me extraña pero tiramos para adelante. Por esta parte se hace un rodeo, con alguna que otra pequeña cuestecita. Pero que afortunadamente al ir bien acompañado y estar de charla se pasa de forma muy amena. Jose Antonio hace una estupenda labor en su web de Sevilla Corre, recopilando información de las carreras de la provincia, fotografiando y dejándonos estupendos recuerdos con sus fotos en algunas carreras, así como reuniendo información curiosa e interesante sobre atletismo en general. Tanto su web, como su facebook y twitter son un referente para los que nos gusta el atletismo y practicarlo en nuestra provincia. Además, comprobar que es un practicante del running desde hace muchos años y que está volviendo a practicarlo después de una muy grave lesión, me ha hecho sentir muchas coincidencias con su caso. Seguro que dentro de poco estará mucho más recuperado y participando en más carreras.

Seguimos por terreno bastante favorable y sobre nuestro km 12 nos adelantan el 3º y 4º clasificado, que van juntos. Saludo a Fran Castillo que es uno de ellos. Sorprenden varias cosas, se les nota desganados, supongo que lógico después de los casi 80 kms que llevan, la enorme cantidad de tiempo de diferencia con los dos primeros; y que van a un ritmo bastante lento. De forma que cuando nosotros trotamos sólo vamos un poco más lentos que ellos.

En el primer avituallamiento
Cruzamos de nuevo un arroyo y volvemos a confluir en la pista principal. Para nuestra sorpresa antes de entrar a la pista vemos que por la derecha se meten un par de corredores. Está claro que han cortado camino, no sabemos si queriendo o no, pero puede que haya algún punto del recorrido que hemos pasado que no esté clara la señalización. Pero desde luego nosotros hemos visto bien claras las balizas. Y la pista llega hasta el pie de la última subida dura por cortafuegos, lugar donde también se encuentra el primer avituallamiento. Avituallamiento que es gestionado por el Turdetania Team. Saludo a Jose Luis Castro y se sorprende cuando le cuento que algunos no han pasado por el recorrido correcto. El único motivo para decírselo es que sepan que puede haber algún problema de balizamiento en algún punto. Por lo demás, lleno botes y como algo de fruta, hago alguna foto y salimos de allí porque al estar parado se nota el frío, a pesar de la estupenda fogata que han hecho los compañeros allí mismo. Se cumple el km 16 en 2h38 de carrera.

Subiendo el último cortafuegos
Saliendo del avituallamiento, empieza una dura subida por un cortafuegos, aunque no tanto como los anteriores. Desde arriba las vistas son estupenda, con el sol ya luciendo sus últimos rayos, casi a punto de ponerse. Los hongos con forma de huevo siguen por el suelo, y trotamos un poco por la parte alta de la subida, hasta que el camino gira a derecha y empieza la bajada. Este es seguramente el punto que más me preocupaba de toda la carrera. El día que estuvimos entrenando hicimos el track de la organización y la bajada se metía por un bosque donde era tan complicado bajar que acabé por caerme. Pero había visto tracks de algunos corredores que fueron al entrenamiento oficial, y la bajada era por otro lado. Esperaba que este nuevo tramo no fuera tan difícil, y afortunadamente fue así. La bajada era complicada pero nada peligrosa, se podía bajar a buen ritmo sin problemas, y además se encontraba estupendamente balizada.
Después de esta bajada, y pasado el km 18 se llegaba a la zona que se encuentra llena de macetas. La organización había puesto bastantes de ellas a los lados del camino, la verdad que quedaban muy muy curiosas.
Disfrutando de las vistas, antes de la bajada


Ya pronto se iba a hacer de noche y de camino por una pista en muy buen estado, pero en suave subida hasta el km 20, ya sacamos y encendimos los frontales. Mi frontal no lo usaba desde Ronda en 2014, y lucía bastante poco comparado con el de Jose Antonio. Casi parecía que mi frontal no daba luz. Aún la claridad del atardecer daba para ver algo, y aprovechamos la suave bajada, para llegar antes que se hiciera de noche a lo que yo creo que es el paraje más bonito de la prueba, el lago de El Lanchar. Cumplimos la mitad de carrera en unas 3h35, y yo aún pensaba que tardaríamos menos en la segunda parte de la carrera. Todo este tramo de llegada al lago y bordearlo lo hicimos trotando, adelantando a unos cuantos corredores.

Llegados al punto donde recuerdo que se giraba a derecha para hacer una larga subida, nos damos cuenta que no hay balizas en los arboles, pero mirando más hacia arriba por ese camino vemos alguna, con lo que nos confirma que sí es por ahí. Y justo entonces me doy cuenta que la baliza está tirada por el suelo. La cojo y la anudo al arbol que había al inicio del camino. Desconozco cuanto tiempo llevaría caída y si alguien antes se equivocó, pero a partir de entonces la baliza ya estaba bien puesta.
En la subida nos adelanta andando a buen ritmo uno de los participantes que antes habíamos adelantado y la verdad es que la subida se me hace dura y larga. Casi arriba del todo hay dos personas animando, no sé si eran de la organización o los guardas de una casa que había cerca.
A partir de aquí ya es totalmente de noche, y el terreno es por pista bastante buena, ya hasta la salida de la Finca del Berrocal. Algunas veces en subida suave y a veces en bajada suave. Mis piernas empiezan a notar el cansancio y me cuesta trabajo ponerme a trotar, los cuádriceps empiezan a avisar. Sólo puedo trotar un poco y muy suave cuando hay una pequeña bajada. Aprovecho para recuperar unas pocas fuerzas comiendo la mitad de mi bocadillo de salchichón. Le digo a Jose Antonio que si quiere seguir trotando continúe hacia adelante, pero prefiere mantenerse conmigo. En cualquier caso pienso que en el camino de al lado de la carretera las piernas pueden haber mejorado y pueda volver a trotar.

Con Pacokrack en el Avituallamiento del Club Maraton Mairena
Llegando al avituallamiento (km 26 y más de 4h30 de carrera) veo a una persona que se encuentra apuntando dorsales y al acercarme veo que es Francis, del club Maraton Mairena. Le saludo y me dice que por allí se encuentra Pacokrack, le busco y nos damos un buen abrazo. El avituallamiento se encuentra muy bien, aparte de lo típico hay además membrillo, que está delicioso, me como unos cuantos trozos, relleno botes y aprovecho para cambiar las pilas del frontal, ahora ya se ve con él perfectamente. Salimos rápido de allí, porque empieza a hacer una barbaridad de frío, notándose el vaho de la respiración. Y es extraño porque hacía poco tiempo la temperatura era estupenda.
Al retomar el camino me pongo ya la chaqueta Bonatti, que llevo plegada en la riñonera y la verdad que esta chaqueta es estupenda, enseguida desaparece la sensación de frío.

Al principio el camino está un poco complicado, intentamos correr un poco pero vemos que es muy difícil, mejor no hacerlo porque hay muchas piedras y con la poca luz que hay no se sabe bien donde se pisa y mejor evitar una torcedura de tobillo. Continuamos andando, avanzando de una baliza a otra, pero se encuentran separadas bastante y cada vez se hace más dificil llegar de una a otra. Llegamos a un punto en que luego de pasar el cauce de un arroyo, no se ve la siguiente baliza. Paramos y no sabemos hacia donde debemos seguir. Pero se acerca un grupo de 4 corredores y esperamos que lleguen a ver si ellos conocen el camino. Resultan ser la pareja (marchador y marchadora) de "Marchadores de Valverde" y otros dos particiantes. El marchador si que parece que conoce el camino, y él empieza a abrir camino y los demás a seguirlo. La verdad que por el trayecto que hemos atravesado no hemos tenido problemas con el balizamiento, pero ahora sí son muy escasas las balizas, están puestas muy separadas de unas a otras.
Lo que nos queda hasta el último avituallamiento, que debería encontrarse a 12 kms lo pasamos andando y con bastantes dolores ya en los pies, pero bastante entretenidos con la charla entre los 6, los adelantamientos de los primeros corredores del ultra, etc. También hay algún susto, como uno de los del Ultra que se cayó al suelo cuando pasaba cerca nuestra y tuvimos que ver como se encontraba. Los de Valverde llevaban reflex, y a mas de uno le tuvieron que poner. La verdad que el terreno estaba muy mal por algunos sitios y sobre todo algunas pequeñas bajadas eran muy complicadas. También había zonas donde el piso estaba muy muy blando, casi embarrado. a pesar de llevar muchos días sin llover. Si hubiese llovido hace poco por este tramo hubiese estado impracticable.

De vez en cuando me paro a mirar el cielo, porque las estrellas al apagar el frontal se ven de un modo absolutamente espectacular. La Luna tardó en salir y cuando lo hizo fue un auténtico espectáculo, estaba cerca de estar llena. En un instante se veía la silueta reflejada en un lago cercano e intenté lo que hubiese quedado una maravillosa foto, pero no salió nada.
Entre esas pequeñas paraditas y que los de Valverde andaban rapidísimo, de vez en cuando no había más remedio que hacer un pequeño trote para recuperar posiciones y reagruparse. Era necesario mantener el grupo junto de los seis , ya que el peligro de perderse era bastante grande. Pero mantenerse todos en el grupo para sobrellevar mejor el difícil camino.

El tiempo pasaba y además de las charlas y las bromas los toques de claxon de los pocos coches que atravesaban la carretera amenizaban el momento, pero la impaciencia porque acabara de una vez este tramo cada vez era mayor. Y en un momento determinado nuestro compañero de Valverde recibió la llamada de un amigo que ya estaba en meta y nos dijo lo que teníamos por delante. El avituallamiento se encontraba 2 kms más lejos de lo previsto, que había un tramo de asfalto largo hasta llegar a él, y que por lo tanto la carrera iba a llegar hasta más de 44kms. Esto nos mosqueó un poco, pero estamos acostumbrados a este tipo de cosas, que suelen pasar, así que continuamos disfrutando de lo que se podía disfrutar del camino y la compañía, hasta que por fin llegamos al tramo de asfalto.

Por aquí los de Valverde literalmente volaban, aunque lo hacían andando, se nos despegaban cada dos por tres, y de vez en cuando dábamos un trote para volver a cogerlos. y así por fin llegamos al avituallamiento de la puerta de la Urbanización La Zarzuela. Km 39 en 7h17m. Habíamos tardado casi 2h45 en unos 13 kms. Una auténtica barbaridad. Pero la parada en este avituallamiento fue la mejor de todas. Si en los demás nos trataron estupendamente, aquí fue ya el colmo de amabilidad, atentísimos con todos. Nos dieron incluso un caldo calentito, que sentó muy bien lo que me pude tomar, porque quemaba tanto que no podía estar tanto tiempo esperando que se enfriara un poco. Cogimos una buena cantidad de frutos secos, y hasta galletas. Y ya cogimos camino por la pista que teníamos enfrente, para ya afrontar los 5 últimos kilómetros de carrera. Aunque antes estuve a punto de caerme en la cuneta de la carretera, por el despiste de ir comiendo frutos secos. Menos mal porque me hubiera quedado allí tirado.

El camino hasta el mismo pueblo, aguantando los dolores de pies, ya más aliviados por el solo hecho de pensar que queda poco para llegar. Aunque el camino no estaba en óptimo estado, con muchos agujeros, nos parecía una autentica autopista comparado a lo que habíamos pasado antes. La misma tónica de antes en cuanto a charla, y los trotecitos de vez en cuando para volver a pillar a los de Valverde, que marchaban a todo gas. Además muchos participantes del Ultra nos adelantaron en este tramo, impresionante porque ellos estaban acabando la prueba en torno a 14 horas. Una pasada.
Mucha alegría en los últimos instantes, en el paseo por el pueblo, aunque ya pasadas las 11 de la noche no había absolutamente nadie por la calle, excepto unos pocos en la Plaza Amarilla, y la mayoría de la organización.

En la llegada, con el grupo al completo, 8h17m
Al final entramos en meta los 6 juntos, supongo que sería de los pocos grupos tan numerosos. En la llegada nos trataron muy bien. Nos hicieron fotos a todos, y tuve suerte que la única camiseta que quedaba de finisher fue para mí porque era de mi talla. A los demás se quedaron con sus datos para enviárselas por correo.
Saludé a Paco Martinez en la meta y nos dieron un ticket de menú con el que estuvimos comiendo en la plaza y donde pude conocer por fin a Andrés Lg, que hizo un espectacular Ultra.



Mi primera Maratón de Montaña ha resultado una experiencia estupenda. No he acabado pensando que debería haberme apuntado al Ultra, porque muscularmente no estoy al 100% y el Ultra se me hubiese hecho prácticamente imposible.
El recorrido muy bonito, casi espectacular. En la Finca Pública del Berrocal hay un autentico filón para los que nos gusta correr por la naturaleza y practicar senderismo. Es una pena que no sea más conocido. Pruebas como esta contribuyen a darlo a conocer, afortunadamente.
La organización sobresaliente en cuanto a desvivirse por el corredor, el trato hacia el corredor. Los avituallamientos buenos, aunque todavía creo que pueden sorprender un poco más. En cuanto a posibles errores, parece que hubo problemas de balizamiento al inicio de la prueba. Lo que yo vi estaba todo correctamente balizado, excepto del km 26 al 39, que las balizas eran muy escasas. Otra cosa que eché de menos fue más voluntarios por en medio del recorrido. Había mucha gente en los puestos de avituallamiento. Se echó en falta que algunos de ellos hubiesen estado por mitad de los caminos. Estos errores que veo, son fácilmente subsanables y seguro que para la próxima edición Fran y Diego, como cabezas visibles de Los Lentos de Torreblanca, volverán a superarse. Gracias a toda la organización y a los voluntarios por su dedicación y por el buen trato que han tenido desde el primer al ultimo corredor. Y por atreverse a organizar una prueba de este tipo en Sevilla.

Sobre el recorrido, una opinión mía muy personal con la que mucha gente puede estar en contra. El recorrido duro de la Maratón de Montaña me parece muy adecuado. Sin embargo, endurecer la Ultra con este tipo de cortafuegos, a mi particularmente no me gusta. Creo que un ultra trail tiene que ser por caminos, senderos y pistas. Unos ultras serán mas duros que otros por la orografía propia de cada lugar. Endurecer un Ultra a base de subir y bajar cortafuegos bajo mi particular punto de vista no se debe hacer. Distinto para un Maraton de Montaña, que como su propio nombre indica debe ser bien duro, y buscar la dureza en lo que hay por el camino.
Creo que la Ultra en sus últimos kms ha hecho el recorrido del Maratón para aprovechar avituallamientos y voluntarios. Pero al final entre los avituallamientos casi no había nadie, el recorrido de una y otra podría haber sido distinto. Creo que hubiese sido mejor. Es que me parece que de no ser así y cada vez intentar que las carreras sean más duras, sólo se apuntarán los muy muy preparados, y bajo mi punto de vista se deben de abrir estas pruebas al pueblo llano.

En definitiva, veremos lo que nos depara el año que viene la evolución de esta prueba. Si se puede y no hay otros planes, seguro que me vuelven a ver por aquí, Será de nuevo un placer en una carrera totalmente recomendable.

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